28.9.08

Cuál es el último desengaño?

Ya desde pequeños tenemos que probar el amargo sabor de los desengaños. Nuestros padres tratan de todo corazón evitarnos pasar por estos momentos, o por lo menos retrasarlos, cuando son ellos mismos los que nos ponen a caminar por este sendero. Eso sí, seguro que con la mejor de sus intenciones. Los primeros en caer son Papá Noel, los Reyes Magos y el ratoncito Pérez, el de los 5 duros por diente de leche. Descubrir que 'son los padres' se hace llevadero, porque lo que se quiere como niño es seguir recibiendo regalos en Navidades y esto no cambia mucho con este desengaño.

De ahí en adelante, cada uno experimenta sus desengaños en un orden personalizado pero muchas veces las experiencias son similares. Creo que eran unas mil y poco pesetas (menos de 10€), en billetes de 100, algunas monedazas de esas de 50 para el canut. Las llevaba con mi padre, todo orgulloso, dentro de una bolsa de plástico para abrir mi primera cuenta en aquel Banco Hispano Americano. Me parecía fabuloso que ese señor tan simpático me guardase el dinero en un sitio seguro y además me echase unas pesetillas al final del año. Hasta que un día me imaginé a un tal Botín carcajeándose porque yo no comprendía que desde hacía tiempo, en vez de echarme unas pesetillas, me quitaba unos eurillos al final del año de esa misma cuenta... Esto no puede ser! Alguien tiene que meter a esta gente en vereda. Tiene que haber leyes para protegerme y si no que las hagan! Quiénes las tienen que hacer? Los políticos, o no? Políticos como esta que podéis ver y escuchar pinchando aquí, si sabéis inglés. No es tan pequeña la probabilidad de que esta señora tome las riendas de la mayor potencia económica y militar del mundo...

Y quién no ha tenido algún amigo tan simpático que realmente sólo quería jugar con tus legos o que te aguantaba porque su verdadero interés era tu hermano?

Pero bueno, al final, el bien siempre vence al mal. Miro por la ventana y el otoño es especialmente bonito este año. Hay justicia en el mundo...

Llego a la Universidad y, como hace casi un año, las banderas ondean a media asta, porque nuevamente a un chico se le han cruzado los cables y ha decidido imponer su justicia aleatoria sobre unos jóvenes con sus vidas por delante. Por qué permites esto, Dios? Por qué no escuchas las plegarias de tantas personas necesitadas? Y una mañana despiertas con una respuesta en la cabeza: Podría haber dirigido mis rezos a una manzana con el mismo resultado. No es necesario un dios para explicar las cosas buenas o malas que nos pasan en esta vida... Unas veces el desengaño se materializa en la iglesia, otras se monta uno un refrito de creencias, reikis y horóscopos para ir tirando hasta la siguiente revelación.

Para acabar de joderte el Erasmus, un día llegas a casa y la madre de tus hijos (futuros, en tu inocencia, o presentes) está pasándolo en grande con su profesor de yoga debajo de las sábanas que con tanto amor te regaló tu madre cuando os mudasteis al nuevo piso.

Es el último desengaño la muerte misma? Y si descubres al último suspiro que todo ha sido una farsa orquestada por tus neuronas dentro de tu mente? Un programa que desaparece cuando se desenchufa la máquina?

En fin, todo esto no tiene la menor importancia si entre desengaño y desengaño (hasta entonces vivimos una realidad) nos dedicamos a experimentar con los 5 (o 6 o 7...) sentidos los placeres de los que somos capaces de disfrutar, que para esto están!

Os deseo un feliz otoño!

Besitos!

T

P.S: Es que para rayaros con las mil cosas que van pasando por aquí, hoy he decidido rayaros así, jajaja.