24.12.08

Sol por fin!

Esto lo escribí el sábado...

De nuevo como un nerd escribiendo desde el tren con el portátil del curro. La gente normal a mi alrededor está durmiendo o leyendo libros. Voy de camino a Helsinki, para pillar mañana el vuelo a Madrid y pasar allí las fiestas en familia. Vuelo vía Praga y me han contado que los pilotos de Iberia están encabronados. El trayecto Praga-Madrid es un vuelo de Iberia, a ver si me va a tocar quedarme en la capital Checa. Claro que si la broma incluye los gastos de la noche, igual parte la pana y todo.
Estos últimos días han pasado a un ritmo infernal y el acumule de trabajo debido a la próxima reunión me va a tener varios días pegados al ordenador en Madrid. De todas maneras, entre las prisas, he tenido tiempo de sorprenderme de algún comportamiento local, después de 9 años ya de exilio. El otro día fui a una tienda de ropa de señoras a comprar un catálogo para mi madre (que sí, que yo no me la pongo). Cuando fui a pagar, le di la suma + unas monedas, para que el cambio sumase 5 € y me devolviese un billete. La amable dependiente revolvió entre todos sus billetes y me dijo que lo sentía, que no los tenían tan pequeños. Así que retiré las monedas, para que me diese la vuelta en monedas y nada, tampoco tenía las monedas adecuadas para darme. La mujer, ni corta ni perezosa, decidió irse a la trastienda a pedirle a la compañera unas monedas para poder pagarme, dejando abierta la caja con todos sus billetes grandes sin supervisión durante unos minutos. Yo no me lo podía creer, y a su vuelta le quise decir que mejor no hacer estas cosas, pero luego pensé que igual se pondría a sospechar de mí si le mentaba el pecado y lo dejé pasar…
Me imagino lo que hubiese pasado en San Petersburgo, en donde estuve el fin de semana pasado. Aunque no se por qué, igual la probabilidad de que a la señora le volasen los billetes sea más alta en Madrid que en SPB. Como siempre me dio la impresión de que era una ciudad bastante segura y la gente, dentro de su rusez tiene su encanto especial (y las chicas unas piernas sin fin…). Eso sí, el servicio sigue casi igual que en la época soviética, con una mala leche bien agriada. Estuve dos noches durmiendo en una коммуналка, una especie de vivienda en un piso en la que familias o personas compran o alquilan una habitación, pero comparten baño, servicio y cocina. Madre mía, qué miedo daban los sitios comunes… Pero rápidamente te acostumbras a ducharte en una bañera medio negra y a lavarte los dientes en ella mientras te secas los sobaquillos. Visité los bares de siempre, los de las absentas y el Money Honey, también el skorpion-klub. Fui invitado especial a una clase de alemán. Era la última clase del año y los alumnos habían preparado una tarta y comprado champán ruso. A mí me tocó el honor de abrir una botella y fue quitarle el alambre que sujeta el corcho y PUMMM!! Casi le saco el ojo a la profesora (de unos 213 años) y los rocié a todos de champán. Es que uno está acostumbrado a los Freixenet de turno, que no se disparan solos… Para redondear la experiencia rusa pensé en volver a Finlandia en una маршрутка, unos minibuses que te llevan a Finlandia más barato que los transportes oficiales. El trayecto a Helsinki puede costar unos 30€, en comparación con los 65 que cuesta el tren y en tiempo oficial de crisis, la diferencia se nota. Pero al final estaba tan cansado que decidí volver en tren. Buena opción: salí a las 16, llegué a Helsinki a las 22 y dormí 3 horas. En el bar post-viaje conocí a una chica que había salido a las 11 y llegado a las 23, en una маршрутка de esas. Es que el paso de la frontera con el tren es mucho más sencillo.
A ver si esta noche puedo hacer una foto con Anna y el Cejas, para no dejar esta entrada huérfana de imagen.
Seguiré leyendo el correo y sms al número finlandés. Feliz prenavidad!
T
PS: Al final ni foto ni santas pascuas.

8.12.08

Usos y costumbres

Cada país tiene sus usos, algunos más antiguos, otros más modernos. Por ejemplo, en España se tiene la mala costumbre de acostarse muy tarde. Intento luchar contra este vicio, pero no hay manera de que me meta en la cama antes de la 1 de la noche. Incluso después de un fin de semana duro y de pocas horas de sueño, aquí estoy dándole a la tecla.
Una tradición curiosa finlandesa son las 'varpajaiset,' que viene a significar algo como 'fiestorro de los dedos de los pies.' No, no es ningún rollo fetichista ni nada por el estilo, es la fiesta que dan los padres cuando nace su churumbel, preferiblemente el día siguiente del nacimiento. Así que mientras la madre se recupera de los sudores del parto y disfruta de sus primeras horas con el bebé, el orgulloso papá llama a sus amigos para agarrarse una borrachera apoteósica. El viernes Kati dio a luz a una niña, después de tenernos meses creyendo que iba a ser varón. No se si nos tomaron el pelo o los médicos se equivocaron al ecografiar. El caso es que ayer por la tarde Markku me cazó para hacer las pre-varpajaiset, ya que la gran menopea oficial es el sábado que viene. Esto último no me lo dijo, así que tuve que cambiarme el pijama de andar por casa por los cillos de pillar y dejarme arrastrar por la tradición: sauna/cerveza/vodkazos/bar. Acabamos en el Doris, aunque Markku fue invitado a dejar el local poco antes de cerrar.
Y hoy, para recuperarme de la noche, tuvimos costumbre teutona: Las pastas de navidad. Ya es casi una tradición de hace varios años entre los amigos de Claudia de reunirnos en su casa para preparar las pastas, beber un poco de Glühwein (vino caliente y dulce) y pasar el día tranquilos. Este año hasta se pasaron Luna y sus padres, aunque se nos olvidó sacarles foto a ellos 3. Hicimos 4 tipos distintos de pastas y hasta hubo para llevarme un cubito lleno a casa para desayunar los siguientes 2 o 3 días.
Y no cuento nada de la costumbre finlandesa de celebrar el día de la independentzia (6.12.) porque me pasé la celebración durmiendo la siesta y me perdí la ceremonia y los fuegos artificiales. Y porque ahora es casi la una, hora de irse a dormir!
Buena semana!


1.12.08

Weissröckchen

Comenzar esto con ’La Palmo’ sería repetitivo. Pero es que no hay más tu tía: La palmo. Este fin de semana estuve en Helsinki entrenando 'sistema' y visitando a una amiga. Vinieron unos entrenadores rusos de Tallinn y madre mía, soltaban leches como panes. Cada vez que enseñaban a hacer un ejercicio, normalmente con Vesku de ejemplo (el chaval que nos entrena en Tampere) tenía que taparme la boca para no gritar de la pena que me estaba dando. Y los dos tan contentos, uno dando, el otro recibiendo y partiéndose de risa, después de recuperarse. Cuando habían demostrado el ejercicio, se abrazaban, y a practicar. Están chotados estos rusos... Hoy entrenamos con cuchillos romos y así quedó mi torso. Menos mal que eran romos, si no, hubiese estado gracioso verme haciendo la fuente al tomarnos la cerveza de despedida.
Pero lo mejor de todo fue esto: El martes de hace casi dos semanas amaneció así:
Y ya a la mañana siguiente, tuvimos esto:

Y encima el fin de semana cayó una buena tormenta de nieve, la gente se resbalaba por la calle y Thorsten y yo casi nos perdemos por falta de visibilidad yendo a Nokia para probar otra sauna que sustituyese a la que se quemó. Al final la encontramos a la primera y también esta sauna es preciosa, pero no la calientan a madera y … no es lo mismo. Eso sí, la gente encantadora, en esta sauna no estaban acostumbrados a los foráneos. Con decir que para pagar la entrada no había más que un buzón en el que echar el dinero. Nos invitaron a participar los viernes en una savusauna (sauna de humo, la mejor modalidad de sauna, según algunos puristas), esta sí de madera.
Total, con tanta nieve, pudimos ESQUIAR!! El lunes fui alrededor del lago, jadeando con lengua de trapo para seguir a Salla y Thorsten al estilo skating/patinaje. El martes yo solo, haciendo clásico. Incluso me acerqué al lago y me subí al hielo, pero solo en la orilla y unos segundos. No había huellas de nadie que se hubiese adentrado, así que decidí que prefería pasar la noche en el Doris a pasarla fresquito en el fondo de un lago. El miércoles, los tres del lunes más Rodrigo y Tuomas, esta vez por el bosque de Kauppi, que hay unas pistas bien mantenidas y luego se puede uno meter por rutas insospechadas por el bosque. No veas lo gracioso que es bajar por una cuesta sin iluminar y encima con esquís de fondo, que se ponen a bailar en cuánto intentas hacer la cuña para frenarte. Para celebrar que nadie acabó estampado contra un pino y limpiarnos los sudores fuimos a la sauna de Rajaportti. Y el jueves pasó como el año pasado: subió la temperatura y toda la nieve al garete.
El consuelo lo encontré en el trabajo. No en el trabajo duro, pero sino en la fiesta de navidad del departamento. Como todos los años, hicimos ‘hombre invisible’ y esta vez me tocó un perfume de rosas turco (del mismo trabajador que trajo los dulces rellenos de gusano). Ni siquiera servía para ligar, sólo a una chica le gustó el olor, porque le traía recuerdos de la infancia y de su abuela. Así que nos decidimos a rociarnos mutuamente los toñakas del departamento para ocultar la peste a hormonas y bebida y, sobre todo, con la esperanza de que las mujeres de algunos hiciesen preguntas incómodas a sus llegadas a casa.
El viernes fue el Doctoramiento y la Karonkka de Salfatore. Lo hizo muy bien, muy suelto y luego nos invitó a cenar en el Palatsi. El padre de Salva me recordó al gran Sazatornil en la Escopeta Nacional (gracias JP por recordármela la otra vez) y no se tomó a mal que me pusiese una corbata del Real Madrid, aunque fuese de Montblanc, la Tarragona más profunda. Lo pasamos en grande con su familia y constatamos que algunos de nosotros ya no están para muchos trotes fiesteros…
Bueno, el tren ya está llegando a Tampere. Esto de los trenes con enchufes además de los del baño para afeitarse es un gran adelanto. Espero que las tiendas y los centros comerciales tengan piedad de vosotros durante este mes de diciembre!