1.11.07

1.11.1999

A ver si soy capaz de concentrarme un poco y comentar los acontecimientos del fin de semana.

Lo que más llevo haciendo es leer. Es que estoy viciado con "Los pilares de la tierra" y no hay manera de dejarlo. Llegue a casa a la hora que llegue, me tiro un bueno rato luego leyendo en la cama. Y claro, la mañana que sigue, levantarse es un horror.

Ahora mismo me he vuelto a desconcentrar porque me he puesto la música de Benny Hill y como es tan animada, me apetece correr haciendo eses por la habitación perseguido de cientos de personajes que nunca me alcanzan. Pero sigamos con el fin de semana. El viernes jugué por primera vez al floorball, parecido al hockey, pero finlandés (tiene un nombre en finés, pero se me ha olvidado). En mi equipo, todo internacionales y dos no habíamos jugado nunca, pero acabamos ganando varios partidos. Es muy activo este deporte, y como no, se juega en el bunker de la Uni. También el viernes había dos fiestas, un cumpleaños de una polaca y dos amigos y otra fiesta paralela, también organizada por una polaca en mi edificio. Tomamos la salomónica decisión de ir a las dos, empezando por el cumpleaños. Se celebraba en las aulas de arquitectura, con eso de que podemos acceder a la universidad a cualquier hora, algunos aprovechan algunas salas para montar juergas. La verdad es que todo estuvo controlado en todo momento y después quedó todo como los chorros del oro. Tendré que proponerle a los de mi escuela que nos den acceso, a ver que me dicen... El caso es que a las 11 nos íbamos a la fiesta de mi edificio los arquitectos, Loren y yo (habiéndonos anunciado a las 9). De pronto, aún en la f. del cumpleaños, José me grita "Corre, corre!" Sin saber porqué, comienzo a correr junto a él. "Por qué?" "La gorda, la gorda, que viene la gorda!!!" Mientras me entra la risa histérica nos adelanta Marcos, que se había enterado de lo que iba la historia: La mujer más pesada del mundo se quería venir con nosotros, sin saber ni siquiera a dónde íbamos. La jugada nos hubiese salido redonda si no hubiese cazado a Loren, (el pobre no puede correr, porque está lesionado tobillarmente, por cierto, ahora escucho la canción de "El negro no puede"). El caso es que se nos acopló a la fiesta, que resultó estar bastante matadita, pero había cosas de comer y como en este país siempre se come mucho aguantamos bastante. Estuvimos un rato, se fue la plasta, y al final nos regresamos al declive de la fiesta del cumpleaños. Una pena, pero nos lo pasamos bien incluso en los últimos momentos del cumpleaños.

El sábado tuve gimnasio, pero me dediqué a charlar con un Polaco, así que nada de ejercicios. Por la tarde nos metimos una sauna entre pecho y espalda, superando en aguante a dos finlandeses. Ya no hay quien nos pare, a partir de mañana me llamáis Tobikkas Hiddalggen. La gloria fue para la noche. Se celebraba el cumpleaños de Amelia, TeleKanaria y el de Marcos, aunque a Marcos le queden aún bastantes primaveras hasta que alcance la edad de la primera. El caso es que como estamos en fechas de Halloween, se decidió que la fiesta iba a ser de disfraces, a ser posible terroríficos, MHUAHUAHUAAAAHUAAAAA!!!!! Los arquitectos, Hugo que es otro arquitecto francés, nuestro ruso Alex y yo tomamos una decisión ingenieril. Seríamos las momias de la dinastía Kol-Hog-Ar Skot-Tex. Con varios rollos de papel higiénico, celo y un cutter nos fuimos al edificio de la fiesta y nos pusimos manos a la obra (está sonando la música de McGyver). Casi 45 minutos estuvimos enrollandonos en el papel. El que mejor salió fue Hugo, ya que era el primero y le vestíamos los cuatro. Todo esto sucedía en el descansillo del primer piso y la gente de ese piso que salía se nos quedaba mirando asombrada. Muchas risas. Según iban quedando listas las momias, su movimiento se ralentecía como el de las momias de las películas a causa de la precaución de no romper el disfraz. José y yo nos automomificamos casi, pero por fin tuvimos nuestra aparición estelar, un pie detrás de otro. Marcos con sus gafas de sol y Alex con su gorra y unas manchas de sangre verdadera, ya que se había cortado con el cutter. En la fiesta había de todo. Gente sin disfrazarse, gente con disfraces buenísimos, gente disfrazada de ??? También había de todo de comer, una empanada de primera. Fue de gran utilidad nuestro disfraz, ya que la comida era de mano y las momias nos podíamos limpiar en nosotros mismos. Conocí a dos Telekos de Madrid en persona, porque de oídas o de mailes ya los conocía: Angel Lopez y Carlos Crespo. Carlos iba con una túnica y unas gafas de calabazas de Halloween, está bien que los telekos que exportamos no sean del formato estándar toñaca (preguntar a Leti por una definición de esta palabra, pero solo por su sonido creo que se puede deducir). No puedo contar toda la fiesta, porque en las dos horas que estuvimos hubo muchas detalles graciosos, la entrega de regalos, el feliz cumpleaños en múltiples idiomas, etc. El caso es que nos escindimos un grupo de siete para ir al Doris, el bar "alternativo" de aquí. Dando botes hasta las 3 y media por dos veces (ya que como había cambio de horario, alargaron el tiempo de apertura del bar). Del grupo desaparecieron dos, con cosas mejores que hacer, pero se incorporaron Amelia y Carlos Crespo, así que recuperamos la integridad perdida. Lo que más ilusión me hizo fue saber que a la niñita de cumpleaños le han regalado un osito de peluche que se llama... Como se llama, eh? Qué creéis? Pués no me hace gracia. Carlos lo usaba para hablar con los finlandeses y aunque él llamaba Marta al osito de peluche, acabó cuajando el Tóbias y cada vez que oía mi nombre y me giraba expectante, descubría decepcionado que era el oso el aclamado.

Al final, a la cama a las tantas. Hoy domingo ha sido un día del señor, relajado a excepción del partido de futbol. Hoy también llegamos tarde, pero como esta vez no había ni pelota ni porterías, no pasó nada. Por suerte pudimos arreglarlo y jugamos. Acabamos de ver Ronin y mientras escribo esto al son de "Don Pepito y Don José" me estoy dando cuenta que esto va a ser peor que leerse el libro de álgebra de primero, así que no me enrollo más y me voy a la camita a dormir.

Muchos abrazos y besos.

Tobias


El juego se llama Salibandy o Sähly en finés.
Las fotos son de Loren, creo.

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