20.6.07

Paz Fu

Otra vez estoy muerto de sueño, ayer fue martes. Pero bueno ya contaré más adelante la salida dolorosa de ayer. Ahora unas líneas para compartir la paz después del fin de semana de entrenamiento de Kung Fu en Suolahti, una ciudad perdida de la mano de dios a unos 300 kms. de Tampere. El viaje fue un poco paliza, en el Megane deportivo de Tomi enlatados 4 como sardinas, pero bueno, al llegar al destino se nos olvidó todo el dolor. Nos quedamos a dormir y entrenar en una escuela construida a finales del siglo XIX, al borde del lago y con unos jardines preciosos. Por dentro estaba cuidada con mucho cariño y conservaba muebles centenarios que hacían que los modernos equipos electrónicos no desentonasen demasiado con el entorno. Como el día había estado lluvioso, entrenamos el primer día dentro de la escuela. Después de las 3 horas de entrenamiento, cena chunga del grill y sauna con baño en el lago. Bajé con Bernardo, el profesor de Kung Fu, al pueblo (6000 habitantes es más pueblo que ciudad) a buscar leche para el desayuno y tomarnos una cerveza en uno de los 2 bares. Cuando volví al aula que hacía las veces de nuestro dormitorio comunal me encontré con que mis compañeros de tortas estaban viendo Freddy vs. Jason, los dos hombres del saco de mi infancia. Me quedé enganchado hasta el final, así que de nuevo dormí pocas horas, porque el sábado nos levantamos pronto para entrenar.
Para espabilarme un poco me di un baño matutino antes del entrenamiento. El día era muy bueno y nos pusimos a 'zurrarnos' al sol. Comida en una de las dos pizzerías del pueblo y siestecilla para recargar fuerzas. Por la tarde entrenamos de nuevo al sol, hasta las nueve, hora a la que nos fuimos a la sauna y empezamos la barbacoa. Al ponerse el sol, la temperatura bajó bastante y nos tuvimos que arrimar a la hoguera y el morro a la botella para entrar el calor. Los compañeros de Suolahti, Bernardo y yo nos animamos y fuimos al otro bar del pueblo, mientras que los demás se quedaron en el colegio. Todos mis amigos finlandeses me habían avisado de que Suolahti era un pueblo de paletos muy cazurros con ganas de pegarse con los foráneos, pero a mi me parecieron de lo más simpático. La única pelea que vi fue cuando una moza del pueblo se lió al puñetazos con un gordete que acabó siendo arrastrado a la calle con los pantalones por lar rodillas por el portero.
El domingo por la mañana teníamos el último entrenamiento del fin de semana. Previendo la salida del sábado, se fijó a las 12 del mediodía. Pero como yo por las mañanas no puedo dormir largo y menos si duermo en el suelo y en una habitación con otros 10, me volví al lago. La mañana era espléndida y me pillé el barco de remos para explorar un poco el lago. Después del chapuzón en el lago me intenté meter por una entrada de agua en una orilla, pero me temo que por allí tenía su nido una gaviota, porque se puso como loca a gritar y a hacer ataques como los StuKa de la Luftwaffe. Casi llego tarde al entrenamiento por pasar tanto tiempo en el lago. Después del Kung Fu desmontamos el chiringuito rápidamente y nos volvimos para Tampere. El viaje se me hizo corto, porque del cansancio me quedé dormido la mayoría del trayecto. De todas maneras, recuperé fuerzas y como llegamos pronto, me dio tiempo a echar el partido de los domingos con nuestro equipo de acabados. Para cerrar el fin de semana cenamos con Amelia y Marcelo en el Plevna. Se apuntaron también Bernardo, una ex-tutora de estudiantes internacionales y Paula, que estaba megabuena, según dicen por ahí.
En conclusión: Un fin de semana sanote, independientemente de la salida. La espalda quemada de nuevo por hacer kung fu al aire libre sin camiseta. Las piernas acribilladas por los mosquitos y los terribles Mäkäräs. Charlas interesantes con Bernardo, que a sus cuarenta y tantos se conserva muy bien. No dejaron de entrarle mujeres en Suolahti, incluso durante el día en la pizzería. Hay futuro! Y lo mejor, una sensación de paz que duró hasta ayer.
Feliz semana de San Juan! Mañana es el día más largo en el hemisferio norte, aquí será de 19 horas y media.

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