Desperta Ferro!

Esta mañana estaba tan feliz durmiendo cuando me despierta una traca contra mis nuevas ventanas. Qué puede estar golpeando mis ventanas en un octavo piso? Será una admiradora forzuda tirando chinitas para llamar mi atención?
Pues no, aquí está:

Y ahora hace un sol que da gusto. Curioso.
Ayer fue otro día intenso. Al salir de casa había una nota de mi Isännöitsijä, que es como el encargado del mantenimiento de nuestro edificio, diciendo que dimitía. En Finlandia, la mayoría de comunidades tiene este servicio contratado con una empresa, pero en nuestro caso es un vecino de nuestra comunidad. Esto tiene la ventaja de que también va en su interés que la comunidad esté bien mantenida y que los costes sean bajos y en mi opinión estaba haciendo un buen trabajo. La desventajas es que en una comunidad de envidiosos, enseguida están mirando con lupa a ver si se marca alguna corruptela. Siempre me habían dicho los Finlandeses que eran un pueblo envidioso, pero nunca creí que fuera más que una leyenda urbana. Ahora lo he podido ver en la reunión de vecinos. La mitad contra él a muerte, la mitad con él, a muerte. Y claro, el hombre se ha hartado y ha mandado todo a tomar viento. A ver ahora cómo se desarrollan los gastos de mi comunidad...
Ayer todo el día corriendo de nuevo. Para la comida con Claudia y Tier, la Golfa y el Ruso, el Po y yo, no nos sincronizamos por unos minutos y los primeros 2 y yo a rebufo de los otros para llegar al café. Después del curro corriendo a casa para vender por 3 € unos altavoces del PC que nunca usé y que me costaron 10. Estoy hecho un businessman. A la hora habíamos quedado con Markku y Kati para cenar en el centro en el Coussicca. En una hora bajamos de Hervanta al centro, comimos y volvimos de nuevo a Hervanta! Aún me da vueltas el filete. Recomiendo este restaurante en Tampere. Nada de platos grandes y raciones de risa como en el cubano. Filetazzos y precios razonables. Tuvimos tiempo para un café agriado, como la camarera, en el O'Flannagan's de Hervanta, antes de seguir corriendo para el futbol nocturno. Paliza brutal, ya que solo fuimos 5 en total, con lo que tocó correr el doble. Llegué a casa poco antes de la 1, acabado, y maldita la hora en la que me dije con cara de lerdo: 'Podría probar a instalar el Linux (por enesima vez), ahora que tengo algo de espacio en el disco duro.' Le di esta vez al ubuntu, y la instalación no fue dificil, pero luego para afinarlo... Al final ya puedo ver la pantalla con buena resolución. Y esta mañana, después de la granizada, me puse como un niño con zapatos nuevos al ordenador. Después de una hora ya se me había colgado, así que aquí me teneis, escribiendo desde Windows XP. A ver si el siguiente post...
Hyvää pääsiäistä, feliz semana santa!
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