22.2.08

Sile, sile, nole.

Esto es lo que decíamos de pequeños cuando intercambiábamos cromos en el patio del colegio. Los 'siles' ya los teníamos, los 'noles' nos faltaban y los queríamos cambiar. Ya a tan tiernas edades, había niños que sobresalían por su instinto negociador y que te pedían varios cromos a cambio del que tú anhelabas. Lo mejor era tener la suerte de tener el último cromo que le faltaba a alguien para acabar un álbum, porque entonces solías recibir todos sus cromos repes y eso siempre era un chollo. Seguirán los niños de hoy entretenidos con esto o les bastará con pegar a sus profesores?
En fin, todo esto viene a que he encontrado un nuevo pasatiempo en Finlandia para jugar en sitios con gente, como el bus o las tiendas. Los Finlandeses son un pueblo bastante homogéneo y después de unos años aquí y de conocer a unos cuantos nativos me encuentro diciéndome con más y más frecuencia eso de que 'huy, pero si este tiene un aire a Fulaniten,' o ' jolines! cómo me recuerda a Menganen.' Debe ser que aquí se han mezclado menos con gentes de otras razas y las caras se repiten cada cierto tiempo. En el metro de Madrid es entretenido imaginarse la vida de las personas que viajan contigo porque suelen ser todas distintas. Aquí lo que parte es intentar descifrar a quién te recuerda la persona que se acaba de subir al autobús. Luego se puede rizar el rizo imaginándote a tu conocido con la ropa de quién acaba de subir o quién sabe qué variantes. Si vas a un bar y te da calabazas una chica, no pasa nada, en unas semanas encontrarás a una que tenga rasgos similares y que te desee (y si vas sobrado, puedes darle calabazas y sentir que se las das a las dos). Si tu compañero de trabajo te está diciendo todos los días cuánto mejor que tú es, más pronto que tarde verás a su símil en un banco rondando el coma etílico. Si has tenido un
desencanto amoroso, pronto verás la misma cara bajo la calva de un skin head con michelines en la nuca y te reirás mientras un escalofrío recorre tu espalda. El otro día estuve hablando 5 minutos en el Doris con un chaval estando totalmente convencido de que se trataba de otra persona. Tuve la suerte de poder corregir un error que me hizo caer en quién era realmente. La verdad es que es fascinante, con sus ventajas y desventajas. Habrá estudios de la fisionomía de las buenas gentes de este país?
Parece que empezamos a primaverear por aquí. Hace unos días tuvimos la noche más fría que recuerdo yo de este invierno, pero desde entonces las temperaturas han subido constantemente y la nieve empieza a derretirse. Este año no he esquiado sobre el lago!!! En fin, tendré que consolarme con el juego del sile y nole...
Feliz fin de semana!
T

19.2.08

Encuentra las 77 diferencias.

Después de una semana con gripe de baja intensidad y días que ahora son un recuerdo difuso me tuve que recuperar el sábado con un fin de semana de hiperactividad. El sábado decidí ponerle fin a un pequeño arreglo en el baño que llevaba en punto muerto casi 2 años. Tuve la suerte de que me llegara la masilla de relleno que me quedaba justo hasta el final. Se nota la diferencia?

Como había tardado menos de lo que había calculado, decidí apuntarme a la tarde de esquí con el mono, a la que acabamos yendo los dos solos. Como todos los viajes en el McBuga, nos hicimos la RoadTripPhoto de rigor. Qué recuerdos tan bonitos de cuándo subíamos el terrícola y yo de adolescentes en tren y funicular a esquiar a Valcotos y Valdesquí. No estaban abiertas todas las pistas de Sappee, pero como tampoco había mucha gente pudimos disfrutar de nuestras buenas bajadas de esquí y nuestros saltos 'vertiginosos', hasta que vimos a los que saltaban de verdad y nos dedicamos a otra cosas menos vergonzantes. Una cosa excelente de las pistas de esquí en Finlandia y que no recuerdo haber visto en España (hace mucho que no esquío allí) es que hay cabañitas con su fogatita al borde de la pista de esquí. Después de 2 horas esquiando y cuando amenazan los dedos de los pies con congelarse, es un gustazo asarse unas salchichas y recuperarse con una cerveza bien fría.
A la vuelta estaba listo para el edredón, pero la insistencia del mono y el reciclaje de 2 mandarinas con la cáscara ya dura en sendos cubatas me hizo cambiar de opinión. Bajé al Dog's Home viejo a esperar a que el makako saliese del concierto de 23pistepirkko 22pistepirkko para quemar la ciudad. Pero en el Dog's Home estaba Jesse contando batallas y se dedicó a hacerme avanzar mi asimilación finlandesa a base de Laku y Jaloviina. Laku es como las pastillas de Fisherman's Friend, licuadas y con alcoholazo. Parecido al Fisu, de hecho, aún no se cual es la diferencia. El Jaloviina es un infierno embotellado, con una parte de coñac y otras cuantas de no se qué bebida. Se supone que se bebe como el whisky, disfrutando del sabor, pero al menos para paladares refinados como el mío esto es pedir demasiado. Al poco llegó Ingo y decidimos darle matarile al mono, que ya no sabía ni comunicarnos en dónde estaba, y nos fuimos al Doris. Cola enorme, pero por suerte se movía y en 15 minutos entramos. En Doris la felicidad conocida. Amigos, conocidos y nuevas amistades. Acabamos en una fiesta post-cierre y llegué a casa a las 4 de la tarde del día siguiente. Es un placer caminar rodeado de nieve y bajo un sol que ya empieza a calentar después de una noche de estas.
Un par de lonchas de jamón, cepillada de dientes y directo a la sauna de desintoxicación al borde del lago. Esta vez la sauna de Kauppi estaba tomada por más de 10 hispanohablantes y los finlandeses que echaban el agua a las piedras se esforzaban en echar mucho para hacerlos salir. Todos contentos, ruido y calor.
Que todos los fines de semana sean tan completos. Feliz semana!
T


7.2.08

Londres sin Suomigeroles

Hoy me he tenido que tomar un descanso forzoso y no ir a entrenar. Aún no me he recuperado del fin de semana brutale de Londres y tampoco mi cuerpo ha acogido bien la vuelta a las pistas de esquí de fondo. Mis amigos y compañeros de trabajo están todos gripados y yo estoy intentando evitar caer en las garras de la maldita enfermedad.
A Londres fui a encontrarme con mi hermano para celebrar el cumpleaños de mi sobriprimo Eduardo, que vive por allí. Antes de volar para allá cené con Kati, Markku, Riina, Mono, la Golfa y el Ruso en el centro. El mono nos llevó tan deprisa que le cascaron una multa de exceso de velocidad, pero por suerte no hubo más problemas de cuando me llevó al aeropuerto. Yo lo tenía todo bien planeado: en mi ya asumido papel de paleto de pueblo me pasé la tarde del viernes mirando cómo llegar del aeropuerto de Stansted a casa de mi primo en todos los transportes posibles. Como no facturé maletas, tenía plaza preferente y me senté el primero para salir por patas y llegar al metro antes de que lo cerrasen a media noche. El pequeño retraso del avión ya presagiaba que todo los planes se irían al garete, pero el golpe de gracia fue cuando en el aeropuerto redescubrí que el Reino Unido no pertenece a Shengen y hay que chuparse más de media hora de cola para que un funcionario medio aburrido mire tu pasaporte. Al final llegué a eso de las 2 o 3 a casa de Edu. Mi hermano dormitaba en el sofá mientras mi primo y yo nos poníamos al día con unas cervecitas.
El sábado era el gran día. Quisimos ver algo de Londres mi hermano y yo, pero la pereza nos pudo y acabamos echando una mano en la organización de la fiesta. A la fiesta vinieron unas 30 personas de todos los lados del mundo, con ganas de celebrar el cumpleaños y de destrozar la casa, ya que mi primo y sus compis se mudaban de allí. Mi hermano y yo hicimos de cocineros de barbacoa en el jardín de la casa, con unos 0 grados. 0 grados en Londres son menos que 0 grados en Finlandia, no se si por la humedad, menos mal que avivábamos la barbacoa con lo que pillábamos. Pronto empezaron a arder muebles, palets y como colofón el reseco árbol de navidad. Un ruso-letón se lo echó a las manos y empezó a correr por todo el jardín con el árbol ardiendo sobre su cabeza, en plan antorcha olímpica. También vino a la fiesta Aapo, un amigo de Tampere, el que despierta a veces en Birdscheisse y que ahora trabaja en Londres. A las 3 estaba ya tan pasado que se fue a dormir a la cama de una de las habitantas del piso. A las 5 se despertó para vomitar un poco, beber un poco más y acostarse en la cama de la otra habitanta. Por lo menos la táctica le valió para dormir cómodo y cerca de un cuerpo calentito... el de otro ruso-letón que estaba igual de borracho y tenía los mismos pensamientos acerca de la dueña de la cama cuando decidió meterse en la cama. Según iba avanzando la noche la gente iba cayendo en donde podía. En la cama de mi primo durmieron 3 como sardinas y yo me acabé acurrucando sobre un puff hasta que me despertó mi hermano a eso de las 7. De alguna manera misteriosa se había quedado fuera de la casa y estaba morado de frío.
El domingo pudimos dar un paseillo por Londres con unas ojeras hasta las rodillas y ya no tuvimos tiempo más que para comer y despedirnos, de nuevo llenos de alegría y buen rollo. Todo salía bien. Los del metro me hicieron un descuento para ir a la estación de tren ('Cheers Mate!') Los del tren me dijeron que no importaba que no fuese capaz de imprimir mi billete de tren que había comprado por internet, que me creían ('Cheers Mate!') y en el vuelo para Tampere conocí a un profesor de biología de Zaragoza que me bajó en su taxi al centro de Tampere y se dejó invitar a unas cervezas en el viejo dog's home. Hasta nos vinieron un par de chicas a hablar!
Je, ahora recuerdo que el martes fui con Ingo al Doris, ahora me explico lo del cansancio. Iba a acabar con una disquisición sobre la fisonomía de los finlandeses, pero lo voy a dejar para la próxima. Mejor mirad las fisonomías de mis familiares en las fotos de la fiesta.
Feliz fin de semana!
T
P.S: Hoy ha sido el día de las empresas en la Uni, para buscar trabajo y sobre todo para ver azafatas, comer chocolates en los stands y hacerse con un arsenal de bolígrafos de cada compañía. Y yo he ganado un sorteo del puesto de la fuerza aérea. Hubiese querido un F-18, pero la gorra del ejército del aire y el termo de medio litro para el minttu-kaakao también me hacen ilusión. Intentaré probar el termo si voy este fin de semana a esquiar.