27.8.08

MVP

Acabo de llegar a casa del Kultainen Apina, en donde había una improvisación de la gente del grupo de teatro de la Uni, Nääspeksi. Nunca había ido a una obra de este tipo, así que decidí pasarme a por una cerveza y ver de qué iba. Mi gozo en un pozo al ir a entrar y encontrarme una cola considerable y sin esperanzas de conseguir entrar. Menos mal que mis 9 años en Hervanta me han hecho un viejo zorro del barrio y conseguí colarme por la salida de emergencia. Esto de la improvisación, hecho bien, es la repera. Unos cuantos actores saltan al escenario y el director pregunta algunas palabras clave del público. Con las palabras clave, y algunas restricciones más que se le ocurran al director, los actores tienen que improvisar sketches, se inventan canciones o interactúan con el público, sin tiempo de preparar nada. Qué maravilla de actuación, una hora riéndome a mandibula batiente! Rápidamente olvidé el cargo de conciencia por haberme colado...
Este fin de semana he estado algo pachucho, así que salí los dos días, pero a medio gas. El viernes en el Dog's Home me dio el pánico existencial. Soy bien consciente de que es un sitio que frecuentan acabados como yo, pero de pronto me vi como cliente habitual sólo de este sitio. Encasillado sin salida. Igual que el hippy borracho que se sentó con nosotros y se puso a dar la chapa y cuando ya no supo qué más contar, empezó a tirarse pedos y a hacer aspavientos con los brazos para facilitar la mejor difusión de su fetidez. Al menos me llevé el premio de consolación de Pinkki, como podéis ver en la foto. Al día siguiente fui por primera vez al Inferno, el bar de los malos malotes esos que visten de negro, con muchos piercings y calaveras. Y pensar que en el mismo lugar antes estaba el Vanha Diva, frecuentado por internacionales que disfrutaban moviendo las caderas.
El lunes tuvimos nuestro último partido con el equipo catastrófico. El juves anterior habíamos perdido contra el peor equipo de toda la liga, y el lunes nos despedimos con una derrota por la mínima contra los mejores. Al menos fuimos todos a dar la cara, como campeones. Aquí estamos. Megafelices. Yo me llevé el premio de jugador más valioso de nuestro equipo. El premio consiste en un libro acerca de la vida de J.K. Paasikivi, ex-represidente de Finlandia y nombre de nuestro equipo. Puedo disfrutar de este inmerecido premio hasta el sigiuente torneo, yuppii!
Y lo demás lo resumo, que anoche dormí sólo 4 horas, después de recuperar la salida del fin de semana con una Teekkarisauna y un Doris y que un maldito representante de una compañía de móviles me despertase para venderme la moto. Camino del Doris casi me cargo a un pobre viandante borracho que se estremeció del susto al percatarse de que me acercaba a él a una velocidad cercana a la de la luz sobre mi bici. En el Doris conocí a alemanes de Kassel, a tan solo 50 kms. de donde yo nací. Además Vinod estuvo serdeando con una chica 10: Ella le sacaba 10 kilos, 10 centímetros y 10 años. Cómo le agarraba el pequeño indio la cabeza a la pobre y se la forzaba sobre sus labios...
En unos 10 días me he dado un buen tour de sauna: Rauhaniemi, Rajaportti, Kauppi y Teekkari.
Que llegue el viernes, por favor!

3 comments:

Juan Pablo Arenas said...

Me fío de tu buen gusto y seguro que me habría reído a mandíbula agitada, aunque existiría la pega del finés. Miedo me da lo experimental. En libros eso suele equivaler a escribir sin comas, puntos ni hilo argumental. Una muestra de lo estéril y vacuo que es el querer romper tanto las reglas es el surrealismo: un movimiento al que se adhirieron con furor y rabia grandes mentes de la época y que ha quedado en nada al pasar los años.

Yo siempre he sido reacio a tener un antro habitual al que ir. Lo tuve hace años y ya fue suficiente. Ahora soy un animal casero y hogareño al que el maldito humo en los ojos impide salir de manera improvisada a pimplarse una birra. Cuando lo tenía, me consolaba saber que en la esquina estaba Tomás y su impenitente botella de Bacardi y que su hígado estaba más acabado que el mío. Qué charlas más tontas y qué tiempos aquellos. Yo era un rojo progre de lo más tonto con más opinión que libros leídos y se me ponía la vena del cuello como a un cantaor cuando defendía los trillados topicazos del rojerío. Eso debía ser por el 93. Había crisis igual que ahora y la Expo se había extinguido. Pero hacíamos apología del mangante y sirlero Felipe González frente al bigote circunspecto y añejo de Aznar. Me fijaba más en el buen rollito y en las sonrisas y las maneras suaves que en los hechos, las cifras y los datos. Yo salía del Milky -mi garito- con el pecho henchido por defender a ese golfo apandador.

¿Te imaginas en España un premio a un equipo de fútbol regalando una biografía de Franco, Cánovas, Azaña o Suárez? Rápidamente saldría algún ministro a disculparse por haber ofendido algún hecho diferencial y corregiría la tropelía mediante la edición de un imprescindible libro titulado "La tradición literaria escrita en las cortezas de los árboles por los pastores del sur de Cuenca" en el que se gastarían una pasta y el cual nadie compraría. Hacen bien los fineses en conocer su historia.

Apoyo la inclusión del verbo "serdear" en la nueva edición del diccionario de la RAE que nadie lee. A pesar de haberme apretado mucho el cilicio por las noches y de haberme mosqueado con saña las espaldas, sigo penando por todo lo que serdee en mis años mozos.
JP

Tobias said...

No me pareció tan experimental lo de la improvisación, de hecho es algo que todos tenemos que hacer de vez en cuando y ver que hay gente que lo hace y sale exitosa del intento es alentador.
Jajaja, qué buenos recuerdos con el Milky. No hay nada mejor que un antro habitual a tiro de piedra de casa, para que no sufran las rodillas al arrastrarse a casa a dormir la mona.
El otro día me contaba mi compi de oficina que en su tierra, Irán, el ministro de Interior había dicho que era doctor por Oxford. Cuando le retaron a demostrarlo, publicó su diploma, del todo a 100 de los doctorados por internet, con faltas de ortografía y todo. Sí, ya se que tenemos a nuestro Roldán. Pero este ministro sigue en activo. Igual hay esperanza para España?
Si tuvieses que pagar por todos tus serdeos de la adolescencia en alguna caja del pecado católico, tendrían que ponerte a Bud Spencer para flagelarte la espalda... Viva la serdés!
T

Juan Pablo Arenas said...

Hay esperanza. A Roldán lo metieron en el trullo. Y pagó en parte sus canalladas, al menos. No es lo mismo Irán que España. Aunque suene feo decirlo. Qué genio Bud. Había un cine en Campamento -donde viví al llegar de Sudaquilandia que ponía doble programa de Brus Li y Bud Espénser por cien pesetas, en cines de butaca de madera que se te clavaban en el coxis. Y los militares de los cuarteles cercanos arrojaban esmerados gapos desde el palco. Qué hambre me daba ver sus películas y qué hostias como panes que repartía con la mano abierta como El Algarrobo.