29.4.07

Fear and Loathing in Tampere

Cómo están ustedeees!
No hay tiempo y los recuerdos se escapan entre los dedos como la fina arena de la playa.
La semana fue tranquila, con trabajo a mansalva para entregar el martes, hasta que el viernes el jefe decidió que pasabamos de este deadline y que nos tomásemos más tiempo. Yuhuu! El jueves fue un gran día en Hervanta: Abrió el nuevo centro comercial y como daban café y tarta gratis, se armó la marimorena. Ahora tenemos un Lidl!! Me voy a dejar mi sueldo, ya que el centro comercial está entre mi casa y la oficina. Vaya ideas que tiene aquí. Un centro comercial un poco más grande que un campo de fútbol y hay tres supermercados haciéndose la competencia. Es como si en la Vaguada abriesen un SuperDía, un Alcampo y un Lidl a la vez. Por la tarde me escaqueé de Kung Fu, porque hacía un sol fabuloso y me fui a correr al lago, qué rico, ya huele a verano.
Y al final llegó el gran día: Viernes. Con la idea de salir hoy también, cosa que no va a pasar, si no no estaría aquí aporreando el teclado, decidimos quemar Tampere el viernes. Markku, Pilar y Alex nos dieron matarile por unas salchichas (del Lidl) y un DVD de Babel. De nuevo ibamos a ser lo peor de lo peor por las calles de Tampere: El Mako, su compañero brasileño, llamémosle el Hamburgueso, Ingo y yo. Antes de bajar me eché una siesta y me tomé un Mojito 2.0, una versión algo mejorada, pero aún me falta algo de perfeccionamiento para poder competir con la Bodeguita del Medio. Antes de quedar con los chavales paré en el Vanha Monttu, debajo del Mc Donalds de Keskustori, un sitio que nos pegaría mucho a juzgar por la clientela. Humo, pelos, chupas de cuero negras, sombreros de cowboy. Estuve un rato con Claudia, que va a seguir los paso de mi madre y va a trabajar en prácticas al Goethe Institut de Helsinki, enseñando alemán.
Siguiente parada: Ale Bar (ale significa descuento), en donde estaban mis queridos amigos, con la amiguita del mono y una amiga suya que no estaba mal, pero que no carburaba a las mismas revoluciones que los demás. Yo me pedí mi Lonkero para darme cuenta en el acto que estaba a años luz de los demás, que ya iban con los 'rusos blancos (vodka, licor de café y leche).' A la salida decidimos, como de costumbre, probar con el Doris a ver si no estaba el portero viejo con memoria fotográfica que no deja entrar a Pedro hasta que se haga la operación de cambio de sexo. Pero de camino me encontré a cuatro amigas de Ria, la de los gatos, y nos pusimos a charlar. Llevaban mezcla con Tapio al que añadimos mi vodka con zumo de naranja (del Lidl) e iban a un bar en el que había Ladies' Night. Por supuesto que de inmediato olvidé a mis amigos y me fui con ellas... al Pinkki, el nuevo bar gay de Tampere. Efectivamente, era Ladies' Night, pero vaya Ladies. Navratilova hubiese tenido un pase allá. Lo peor de todo es que el lugar está construido sobre las ruinas del Räpä Rällä, el bar de los rockeros, moteros, skinettos paletos de los pueblos cercanos. El summum del sacrilegio fue cuando fui al baño y me encontré un bote enorme de spray ambientador! Qué es esto?!! Lo intenté vaciar rociando a todos los lados, pero me ganaron, el bote era muy grande y me aburrí pronto, así que de vuelta a la pista de baile. En la pista me atacó una lady un poco bajita y un poco mayorcita de 40 años y como yo soy un caballero, en cuanto acabó la canción y fue a buscar su bebida salí escopetado del Pinkki como alma que lleva el diablo.
Escala en Doris a por un Ingo y como no había gente, a las 2 por fin me reuní con los chicos en el Ruma, qué alegría y emoción. Ingo estaba encabronado, veía que la noche se le escapaba de las manos, y el hamburgueso aún no había asimilado lo que estaba viviendo y sólo miraba con sus ojillos de pepinillo desde un lado. Unos pogos con el mono y de pronto, al girarme en un trance del baile, me choco con una niña con un vestido blanco y medias de mallas. Sería bastante joven, ya que llevaba aparato en los dientes y yo pensé que Dios me quería compensar por los 40 años de antes. Sin mediar palabra, el choque se transformó en un baile serdo serdo que hacía que Patrick Swayze con su Dirty Dancing pareciese Maria Jesús y su acordeón entonando el Pajaritos. Efectivamente, Dios me quiso compensar por los 40 años de antes y al rato quien salió escopetado esta vez fue ella. Maldito Karma. En 15 minutos la noche se desmoronó. Ingo y el Hamburgueso habían desaparecido, Mako neutralizado, la amiga contando destellos en la Disco. Menos mal que por la tarde había bajado en bici a una terraza y había vuelto a Hervanta con Alex y la Golfa, dejando la bici en el centro. Qué más divertido que volver a casa a las 4 de la mañana en bicicleta, cuesta arriba y con la dirección tocada?
Sábado y Domingo los resumo en dos líneas porque nos estamos durmiendo todos: Agonía, limpieza, película (muy buena, por cierto), sauna, limpieza, agonía.

Para finalizar os dejo con unas imágenes de un centro de reclusión de lerdos sin camisa. Menos mal que a veces un alma caritativa nos trae recuerdos del pasado en forma de imagen o video, gracias Mako.

3 comments:

Juan Pablo Arenas said...

La necesidad de alimento espiritual es tan inmensa que hogaño peregrinamos a los Centros Comerciales, de igual guisa que antaño acudíamos humildes y fervorosos a una catedral gótica. Al cruzar los umbrales del Centro nuestra alma se limpia y tenemos al alcance de la creditícea tarjeta el agua bendita de los bienes de consumo. Consumid como yo os he enseñado, dijo el maestro.
En cuantos nos cansamos tenemos algun garito o taberna irlandesa regentada por uno de Jaen en donde tomar la sagrada Eucaristía. Y si no, el cine, con una película yanqui de explosiones y palomitas estridentes. Conclusión: los niños ya no crecen en parques y toboganes sino en centros comerciales. Y hasta vidrieras y tragaluces tienen algunos, como los de la Catedral de León. Soy un maldito hereje pues en los "mol" o "chopincénter" solo me pongo lujurioso, en cambio me estremezco delante de la Catedral de Burgos y miro para arriba.

Juan Pablo Arenas said...

Quería decir que me estremezco delante de la Catedral de Burgos cuando miro hacía arriba. Hasta los genios fallamos debido al exceso de onanismo, que al final se nos seca el "celebro" como le pasó al Ingenioso Hidalgo.

Tobias said...

Quizás alguien se estremezca dentro de 35 años cuando mire hacia arriba desde la base del centro comercial La Vaguada Madrid 2 y se ponga lujurioso cuando cubra su necesidad de alimento espiritual por internet...
Puede ser esta la evolución de la religión en la era digital?
T