19.5.07

El sirco itinerante.

Me acabo de despertar de la siesta y me siento como si me hubiesen dado una somanta de palos. Markku me ha llamado para avisar de que la noche que tenemos por delante será dura, y eso que el día parecía que iba a ser tan sano y relajado... Por la mañana di una vuelta al Suolijärvi corriendo, cosa que hacía años que no hacía ya y luego me senté en la orilla del lago que hay cerca de mi casa a leer un poco (el lago de arriba en el mapa). Estuve a punto de echarle narices y bañarme, pero hacía demasiado viento y había mucha gente para certificar mi ridículo. Quizás mañana.
Aquí el jueves fue fiesta por el día de la ascensión, y desde Helsinki nos invitaron a acudir a alegrar el cumpleaños de Kaisa, nuestra amiga baloncestista. Todo empezó como todos los buenos road movies el miércoles por la noche:Bajamos como una exhalación a Helsinki (bueno, el turbo del coche estaba estropeado, pero como era cuesta abajo...), y nos presentamos en la fiesta, después de la tradicional llamada infructuosa para tratar que se viniese Carlos Crespo. Esta vez se le perdona, porque está embarazado! También fue mi primera vez en el Ikea, madre mía, qué cosa tan grande y qué rápido se puede aburrir uno. Lo que más mola es la sección de los niños. En la fiesta la participación era del 80% de chicas y el 20% de chicos. Esto prometía en principio, pero... la cosa estaba bastante floja. Casi sin quererlo, el mono y yo nos metimos en la cabina de teléfono, nos cambiamos los trajes y ... tacháááán!!! Comenzó el show del Sirkus Abserdus. Hubo pelotas, hipopótamos y conejos que cantaban, malabares, correcaminos y mil espectáculos más. La actuación fue de alto nivel, con partes en portugués y finés. Conocimos a los padres de Kaisa, lástima que no nos pudiésemos llevar al padre con su bigote repleto de felicidad al centro. Nos bajaron en Mercedes al Baker's, como grandes estrellas del firmamento artístico. Menudo antro de serdés por explotar. Cejas, vamos la próxima vez, cuando celebremos tu cumple que es hoy. Felicidades! El único que aprovechó en el Baker's fue un amigo chileno de Kaisa. Su frase de la noche: 'Wow! Qué abiertos son en Finlandia, mucho más que en España!' Jajaja, sobre todo cuando le atacó la torita de 90 kgs. y tuvo que huir por patas. El mono y yo nos quedamos con nuestros trajes de payasos, más concentrados en hacer felices a nuestros anfitriones que a hacerle la competencia al chileno. Pedro con Kaisa y yo con su amiga. Por primera vez una chica no me miró con cara de espanto o de 'pobre lerdo' cuando le conté una de mis pajas mentales. De hecho, no solo se limitó a escuchar, sino que aportó análisis y discusión. También se puede hablar de cosas interesantes por las noches!
El resultado fue ambiguo. Ni el Mono ni yo dormimos solos. De hecho, dormimos juntos en el mismo sofá cama, tapados con unas tristes alfombras y felpudos, oyendo los ronquidos del chileno que estaba en el suelo entre Kaisa y nosotros.
Al día siguiente, después de asustar a la compañera de piso de Kaisa varias veces bajamos a comer al centro y con la intención de proseguir nuestro road trip particular. El plan era tomarse puente el viernes y cruzar el báltico en barco con el coche y acabar visitando al Tuno en Riga, con posible paradas en Tartu y Kaunas. Llegamos hasta el puerto, con un día soleado, el cielo azul, la mar tranquila. Todas las señales invitaban embarcarnos en la aventura de verdad. Y entonces...
Uno de los dos se rajó. Os invito a adivinar en 3 segundos quién de los dos fue la rata cobarde que dijo: 'No me jodas' y se retrajo como caracol a su casa. Quién de los dos NO llevaba el pasaporte ni coronas estonas. Quién de los dos NO llevaba mudas de ropa ni cepillo de dientes. Y quién de los dos había sido vilmente engañado con promesas de grandeza y aventura por el genuino vendedor de humo? Desde luego, si una persona en vez de sufrir un gatillazo pudiese SER un gatillazo, sería como el Mako. Así que como niños buenos de vuelta a Tampere, sin turbo, decepcionando al Tuno y a los dioses. Por cierto, alguien ya había hecho planes para ese día, en Tampere...
Por lo menos ahora estamos en mejor forma para actuar en casa de Ingo, que nos ha invitado a la inauguración de su piso esta tarde. Después de que el mono me humillase ayer al tennis y la barbacoa en casa del ruso con su hermano y la esposa de esta (que por cierto, están más rellenitos los dos), hoy los niveles de salud están otra vez al máximo, esperando ser desperdiciados una noche más.
Atrás queda una semana llena de anécdotas y poco tiempo para contarlas. Espero tener un minuto para recordar alguna y que no desaparezca de mi demente memoria. Ahora voy a cenar un poco y ...
DESPERTA FERROOOO!!!
Feliz fin de semana!
T

4 comments:

Juan Pablo Arenas said...

Cuando una chica escucha tus demencias y muestra interés y participa y te da su opinión es porque le pareces menos erótico que un ornitorrinco. A mi me humillaron de tal guisa en una discoteca. Soportaron con entereza mis vagidos y al final la bella se fue con un apuesto cabeza hueca de cerebro plano y pectorales robustos. "Y yo que me la llevé al río creyendo que era mozuela y tenía maromo"
JP

Tobias said...

Y no es posible que la chica fuese ornitorrincofílica? Mi gozo en un pozo, al lado del río. Pero bueno, lo que me hizo ilusión es que hubo un interesante cambio de ideas que no me esperaba encontrar en una noche de actuación :)
T

Anonymous said...

¿Otra fiesta en casa de Kaisa? ¿Sigue siendo la misma casa del pastor con la terraza enorme? ¿Y la chavaluca aquella (Wilma podía ser?) de la que caimos enamorados tú, el señor embarazado y yo ya ha cumplido la mayoría de edad? :)

Tobias said...

La casa del pastor era de Mimmi, pero lamentablemente esa casa ya no está para nuestras fiestas :(
Kaisa es otra de ellas, y la casa es un adosado a las afueras de Helsinki que está muy chulo.
Wilma no estaba, jajaja, vaya pena. Ella sí que ha entrado en la edad adulta por todo lo alto. Estuvo un tiempo en el norte de Ecuador y ya sabes cómo de rápido se madura por allí. Hasta le creció la nariz, jajaja. Eso sí, sigue siendo un bombón.
T