8.11.07

Tantas cosas...

Hoy Finlandia se ha levantado así:
Las banderas ondeaban a media asta, ni el viento soplaba para levantarlas. Un desequilibrado decidió ayer liarse a tiros en la escuela en la que finalizaba sus estudios, a unos 60 kms. de Helsinki. El desgraciado se cargó a 7 u 8 personas antes de dispararse a si mismo. Por qué esta gente no invierte el orden y se dispara a sí mismos primero? Sinceramente, creo que este tipo de cosas no se pueden prevenir. Estadísticamente, hay un número de chalados por cada tantos habitantes, y alguna vez se dan las condiciones para que estos estallen y se lleven por delante a gente que tuvo la mala suerte de andar cerca. Ya os hablé de lo duro que es Noviembre en Finlandia. Espero que se acaben aquí las depresiones y sus efectos. Curiosamente mis amigos finlandeses no comentaban la noticia, a pesar de ser portada de todos los medios. Algún que otro comentario aislado, pero nada más. Parecía que querían olvidarlo rápidamente.
En cuanto al día a día, voy a ver si recuerdo lo que he hecho desde la semana pasada, porque hoy en Kung Fu nos hemos puesto por primera vez los cascos y me han dejado la cabeza bien sonada.
Espero que no se hayan perdido las células grises que guardan los recuerdos. He ido dos veces a la sauna de Rajaportti: el miércoles pasado y el lunes. El miércoles todo salió bien, pillé los buses a tiempo. El lunes fue todo lo contrario. En la sauna había unos borrachuzos pegando berridos. Mientras me quitaba la ropa para entrar, salía uno de ellos para pedir perdón en nombre de sus amigos y luego volvía adentro a seguir gritando. Entre ellos había un chaval español que estaba de visita. Eran actores que habían asistido a una defensa doctoral de una chica que estudiaba las obras de teatro en las que los actores hablaban un idioma que desconocían, memorizándolo. Los actores fueron de la sauna al centro y me invitaron a que los acompañase, pero yo preferí quedarme con Claudia y Jesse en la sauna. Al salir de ella me di cuenta de que había perdido el bus. Tuve que caminar hasta el centro y el bus no saldría hasta una hora más tarde, así que fui en busca de los actores y me los encontré en un bar en el que me dijeron estarían. Estaba la recién doctorada, el joven actor español, un director de obras de teatro, un compositor y alguno más. El director había dirigido varias obras en las que los actores finlandeses hablaban español y uno de los actores me hizo una demostración. Me moría de risa. Parecía que había salido de 'Alatriste,' y no tenía ni papa de lo que decía. El compositor, un tal Jouni Kaipainen, me comentaba todo campechano lo apenado que estaba de no haber podido ir a la defensa del doctorado porque había tenido que cuidar de sus hijos. Luego le recitó a la doctora un poema de Uuno Kailas y me habló de ciertas coincidencias de la vida de este poeta con la de García Lorca. Pasaría esto en España, que un compositor con su entrada cool en la wikipedia se rebajase a hablar con un tío peludo que acaba de salir en chandal de la sauna? Esta gente iba a por todas, pero yo me retiré en mi autobús nocturno para descansar.
El viernes fui con Ingo a una fiesta en casa de la novia de un chaval español que vive aquí en Tampere, Rodrigo. El enorme piso estaba en el centro de Tampere y en él viven 5 chicas que una o dos veces al año se ponen de acuerdo para hacer una fiesta entre todas. El tema de la noche, con Halloween de por medio, era la muerte. Se suponía que era una fiesta de disfraces, pero muy pocos iban disfrazados. Yo iba prevenido con mi vestimenta papal. Ingo no llevaba ni disfraz ni alegría, está un poco tristón últimamente. Noviembre, ya se sabe... En la fiesta había algunos conocidos y conocí a otros españoles (más aún) y a un argentino. Creí que le cogería manía desde el principio, pero es un tipo encantador y nos echamos buenas risas desde que le conocí. A eso de la 1, mi disfraz me pareció demasiado light y me hicieron un tuneado facial:
Con este maquillaje fui al Doris, aunque solo quedaba una hora de noche. Después, vuelta a la casa de la fiesta, con Kurt que se las veía muy felices con una chica, pero al final nada. En la casa aún había mucha gente y allí aguantamos hasta las 5:30. Como yo no tengo de eso que usan las mujeres para desmaquillarse, estuve 2 días con los ojos con sus rayas negras por dentro. No veáis el éxito en el gimnasio el domingo.
Y el sábado, el único día con sol en un buen tiempo, amaneció nevado y aproveché para ir a correr con mi recién recuperado reproductor de MP3. Mientras yo corría alrededor del lago, una señora se metía en él a nadar, sin sauna ni nada. Temperatura ambiente de -2 grados, el agua a unos 6 o 7. Y tan tranquila. Tendré que probar yo también...
Feliz fin de semana!
T

4 comments:

Anonymous said...

TEN CUIDADITO NO TE RESFRIES

Tobias said...

Gracias por preocuparte! Estuve estos días que si sí, que si no, pero parece que ahora la prueba está superada. Un abrazo, quienquiera que seas. Tú rulez!
T

Juan Pablo Arenas said...

No entiendo ese modo contenido de vivir las desgracias: prefiero una señora iraquí desgarrada con el cadáver de su bebé en brazos que esa mesura escandinava. Cuesta asumir esa templanza en el comportarse: me gusta blasfemar y maldecir cuando me doy un martillazo en el dedo. Me defeco en los santos y beatas y al rato ya no me duele. Una vez, un amigo yanqui me hablaba del maravilloso mundo de los reniegos españoles. En ninguna lengua puedes usar groserías y ser cariñoso como en español “¿qué pasa, hijo de la grandísima puta?, ¡cómo me alegro de verte!, bastardo”. Además, aseguraba que nada lo mitigaba más que soltar unos buenos juramentos en momentos de agobio. Mano de santo, me decía.

¿Una señora bañándose a varios grados bajo cero? Como dijera el gran filósofo Obélix: “están locos estos fineses”

Tobias said...

Sobre todo lo flipé cuando se bañaba sin haber pasado antes por la sauna.
Acerca de la mesura escandinava, me imagino que tienes razón al decir que son más comedidos aquí que en otros lados. Me imagino que habrá habido escenas de dolor y también que los medios aquí no han querido hacer tanto negocio con el morbo. Parece que si no vemos a alguien sacándose los ojos de llorar con los hígados de sus nietos en las manos, no nos afecta ya lo que nos enseñan.
Cago en tó!
T