13.10.07

13.10.1999

Hoy, al igual que hace ocho años, cumple mi hermano!

Ya estamos aquí de nuevo, tras una ausencia algo prolongada. Lo siento y me gustaría poder decir que es por la carga de trabajo que tengo, pero el caso es totalmente opuesto. Aún no estoy haciendo nada. Me han dado unos papeles para leer, y estoy en ello, pero los que me conocen, saben que para mi leer papeles es un coñazo. Como no los camuflen en los cartones de los Corn Flakes que leemos todo el mundo por las mañanas cuando desayunamos solos... El caso es que tengo unas 9 horas de clases de idiomas a las semana entre finés y francés. Ayer francés estuvo entretenido, porque vimos un video acerca de vinos y hablaban de algunos vinos españoles. Pero no es igual de entretenido que las clases en francés de Madrid y cuando no se explican en francés lo hacen en finés, con lo que yo me quedo igual que estaba. Iba a decir "cuando hacen una gracia en clase", pero eso no existe.

Pasemos a comentar el fin de semana que comenzó el jueves hace ya casi una semana. Fué un día de fiesta universitaria en la ciudad y hasta venían alumnos de otras ciudades con sus monos de colores a Tampere a agarrarse las ya conocidas "cogorzas considerables". [Esta fiesta, que se celebró el jueves, al igual que hace 8 años, se llama 'Appro.' Este año no he participado :(]. Algunos nos hablaron en el estado etílico pre-comático y estuvieron bastante graciosos. El viernes tocó descanso y el sábado nueva salida a Tampere. Fue un día de colas: Aquí la gente tiene que hacer colas para entrar en los bares y según dicen a -15 grados en invierno no te hace la más mínima gracia. Como para que luego te llegue el portero y te diga "No se puede entrar con las botas de Apres Ski". Aunque aquí la gente aguanta bien, a juzgar por lo ligeritas que siguen yendo vestidas las niñas a estas alturas del año. El caso es que después de un tiempo en un bar se separó de mi el hassakopako-team y yo me quedé esperando al batallón insular. La intención era reencontrarse y eso es lo que intentamos, pero al ver una cola de esas que en la Expo acompañaban de carteles de 1:30 minutos para entrar, nos fuimos a otro bar. Debería decir mejor cola. Había unos amigos apunto de entrar, pero aquí te vuelves honrado cuando ves a los fineses de sangre RH-orchata positivo y no nos colamos. Conclusión, para el Riverside. Cola. Entramos? SINOSINO. No. De vuelta a la cola anterior, qué como las pelusas de la muerte, había crecido. 15 minutos de cola..."Nos vamos a casa?" "Vale". A hacer la cola del bus. Viene el bus y no cabemos. "AAGGHH!!!". Vamos a por el taxi, pero se me antoja un helado del Mc Donalds (lagarto!), así que a hacer cola en el mismo. Me pongo en la más lenta. Me cambio y el que estaba detrás mio me acaba adelantando. A por el taxi. A hacer cola en la parada de los taxis, porque por las noches no puedes berrear "TAAAXIII!" por que no te paran. Como somos muchos vamos en taxi-furgoneta, que nos sale más barato incluso que el bus, pero como no hay taxi-furgoneta, a dejar que se nos cuelen los de la cola hasta que venga nuestro transporte. Al final en casa me doy cuenta que se me habían olvidado las llaves y tuve que despertar al ruso que vive conmigo (Alexei), con la correspondiente espera por mi parte. Luego soñé (y es verídico) que estaba en Madrid y había ordenadores por la calle, pero a mi me daba reparo cogerlos y quedármelos, así que cuando me decido, ya se me han colado varios y no quedan ordenadores. Qué neurosis!

El domingo tocó película, "Uno de los nuestros", pero lo mejor fue el intermedio con tarta de chocolate comprada y una deliciosa tarta de manzana "Made in Amelias Kitchen". Aquí se come bastante, no sé si es el frío o el aburrimiento, pero en casa como mucho y bien, nos metemos unos festines "familiares" Alexei, Marcos y Jose (los arquitectos de valencia) y yo que nos dejan atontados. Y Alexei ya se está haciendo al horario español. En cambio en la Uni la comida es casi insuficiente y siempre hay patatas. Lo intentan disimular, pero siempre hay patatas. Las cortan, las machacan, las fríen, seguro que hasta las pintan y las meten en las salchichas como ingrediente, pero este es el país de las patatas. En el supermercado grande hay como 8 variedades de patatas (a mi me saben todas igual, pero quién sabe, quizás cuando vuelva me ponga a decir "Esta tortille está elaborada con una Pomme de Terre Helsinkoise plantada en 1993 y envejecida en piel de cuero durante 4 años, como se puede deducir de su sabor afrutado y a bayas salvajes..."

Hasta hoy no ha pasado nada memorable, tendré que esforzarme en encontrar cosas memorables o ocupar mi mente, porque a veces tengo la impresión de que pierdo mucho el tiempo.

Y acabo diciendo que hoy es el cumple de mi hermano, por si alguien le quiere felicitar.

Un abrazo muy gordo

Tobias

2 comments:

Juan Pablo Arenas said...

Pocos hábitos me gustan más que leer mientras como. Da igual si es desayuno apresurado, comida dionisiaca o cena chica con extra de glutamato. Es cierto que, fácilmente, lo primero que se puede leer al día son los ingredientes y la publicidad de la caja de cereales. Como somos animales de hábitos, no importa que nos hayamos leído la dichosa caja más de 20 veces: la seguimos agarrando con primor y releyéndonos las mismas paridas. Que si vitamina B, que si cacao hidrofilizado con restos de escroto de ñu. El ritual siempre es así: la tele de fondo –se admite radio- , la lectura detenida de la caja de confleics y el estruendo del crujir de los cereales estallando entre las muelas. Debo ser un bicho raro pero la comida me sabe más rica si puedo yantar mientras leo. Tengo todos mis libros llenos de migas y manchurrones de grasa. Hasta el hilito que se despega de una rodaja de salchichón hallé una vez.

Fíjate que sí que te veo como patatólogo experto. Yo asistiría gustoso a tus conferencias sobre el apasionante mundo de la papa y sus múltiples aplicaciones en la industria, alimentación, trata de blancas y reparación de fachadas. Me imagino esa estampa de un bar español con sus cabezas de gambas en el suelo; el camarero que te aguanta la charla y tú disertándole animadamente sobre que la variedad de patata empleada en el pincho con el que tragaste la caña era una “papillus potatus”. Lastima que errases tu vocación.

Por cierto, mientras escribo, la profunda España se tambalea entre saber quién abandona la choza de Gran Hermano y descubrir -por fin, sin ambages- si Belen Esteban fue expulsada de casa de Jesulín. Hiciste bien en marcharte.

Tobias said...

Creo que deberíamos sacar provecho de la situación y de la necesidad irrefrenable de leer en ciertas ocasiones cotidianas. Yo tengo 3 revistas que tienen su lugar reservado en el baño de mi casa. El problema es que son semanales y las digestiones no me dan para tanto. A lo que iba. Si conseguimos publicar un libro acerca del Gran Hermano y de esos personajes que lo pueblan, seguro que sería un gran éxito. Primero, seguro que todos son maestros sobre el contenido. Segundo, hasta los grandes seguidores de Gran Hermano se podrán sentir culturetas chafaspasta con un libro en la mano. Piénsalo. A ver si recuerdo poner la radio por las mañanas para escucharte un poco.
Un abrazo!
T